Esta colección toma como inspiración el vasto e infinito mundo del videojuego, salpicando unos volúmenes oversized parcialmente reciclados de coloridas gráficas elaboradas a partir de la deconstrucción de elementos de este universo en continua expansión. Se apropia también del joystick como objeto fetiche, el cual encarna a su vez cierto aire de nostalgia analógica, al tiempo que pone en juego, valga la redundancia, un jocoso y subido de tono juego de palabras que le confiere al periférico un nada sutil sesgo fálico. Spam.
Los estilismos se nutren del readymade y del thrift-shop style en busca de un enfoque más sostenible y se toman como referencia del ámbito gamer casas como Sega y Konami, ambas japonesas, así como el fundoshi, taparrabos nipón por excelencia, en un posible alarde de apropiación cultural. Spam.